Tercera planta, segunda casa.

Redacción. 07-11-08
Después del susto que nos pegó el bueno de Javier de Torres con su ingreso de urgencia en el Hospital de Mérida, nos llega la noticia de que Tano Andrades, otro buen amigo, otro buen mimo cuya presencia en escena a veces puede resultar devastadora por ese gesto simple y demoledor, visita el mismo hospital, la misma planta, en la cual lleva ya unos días en observación.

Lamentablemente, en estos últimos días el hospital emeritense se ha convertido en un ir y venir de amigos (Javier ya lleva unas horas en casa, por ventura), y la tercera planta se ha convertido por algún tiempo en punto de encuentro del Ateneo de Mérida, de los paganos y de los amantes de la buena gente.

Desde aquí le deseamos una pronta, prontísima recuperación, porque le estimamos, y porque le necesitamos. La Sala Aftasí nos está esperando.